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EL CASTILLO

Este castillo consta de una gran torre del homenaje rectangular, en uno de los lados de un recinto también rectangular, a la que se entraba solamente desde el adarve contiguo. Las torres de ángulo no sobresalen en el lado sur, que está fortificado con tres estrechas torretas casi en forma de pera, tipo que se observa también en Alburquerque y Salvatierra de los Barros. En el lado sur queda cimientos de una barrera, y en el lado oeste indicios de un foso.

Justamente debajo de la hilada de ladrillo, en el lado norte de la torre del homenaje, se halla la  inscripción: ARMAS DE DON LUIS PONCE DE LEÓN, bajo las cuales está su escudo. Luis Ponce de León era hermano de Juan Ponce de León, conde de Arcos, y tío de Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz (1443-1495).

El castillo presenta un problema arqueológico porque con la destrucción de la entrada y de las partes contiguas a la misma se han perdido probablemente datos epigráficos vitales. El castillo pertenece justamente al principio del periodo que se estudia como Villalba de los Barros, si no es incluso de una fecha  : el 20 de agosto de 1382 el rey Juan I dio permiso a Garci Fernández de Villagarcia “ para que pueda hacer e labrar la su casa fuerte de Villagarcía y faserla alcacar e ponerle petril e almenas, caba e barrera.”


El castillo era, según derecho, propiedad de la esposa de Luis Ponce de León, Isabel de Guzmán, y aunque no haya constancia de la fecha de su matrimonio se sabe que le fue traspasado a ésta el 28 de mayo de 1430 cuando Beatriz de Figueroa, su madre, dividió sus propiedades entre sus hijas. Luis Ponce de León murió entre los años 1463 y 1465, y ya estaba casado con Isabel de Guzmán en 1430. Por tanto se labró el escudo, y probablemente una parte sustancial del castillo, entre 1430 y 1465. Sin embargo, es difícil determinar con exactitud la obra que se hizo, en vista sobre todo del aspecto arcaico de la estructura y de la fecha del documento. No obstante, ambas indicaciones están en contradicción con los datos heráldicos que aún existen. Hay, sin embargo, una doble explicación: como se indica arriba los datos epigráficos pertenecientes al periodo  fueron probablemente destruidos, lo mismo que la piedra labrada o ladrillos decorativos de fecha posterior, y en segundo lugar es muy posible que Luis Ponce de León llevara a cabo una extensa reconstrucción que hoy no se puede reconocer porque la arquitectura de los castillos no evolucionó en la primera mitad del siglo XV. El arcaísmo es una característica particular de la baja Extremadura en este periodo. Aún así se puede apreciar un cambio en el color de la mampostería en el tercio superior de la torre del homenaje.

Este castillo es un buen ejemplar de la Arquitectura militar de la Edad Media. Hállase situado en una meseta y consta de dos recintos, de los cuales el primero o exterior más parece muro de contención del terraplén que muralla en la que apoyan por todos los lados menos por el de N. Algunas viviendas del pueblo. En dicho lienzo N., al medio, destaca una torre semicircular. El segundo recinto que es el importante y cuya vista impresiona por la elevación y fortaleza de sus murallas y torres viene a ser en planta un rectángulo de 29,70 metros de longitud y 21,79 de anchura, medidas que se determinan de E. a O. y de N. a S. ; con torres cuadradas que en estos dos sentidos se destacan en los ángulos, los dos del N. con una salida de 5,70 y 7 metros de frente y los del S. con dimensiones semejantes; y con torres cilíndricas destacadas de los lienzos, una al N. de 3,10 metros de diámetro, entre las torres cuadradas, tres al O. De igual diámetro, otra al S., y dos desiguales de 5,20 y 3,20 metros, flanqueando la puerta al E. En el ángulo S.E. y hacia este lado hay otra torre, la mayor de todas, rectangular, de 20 por 14,30 metros, evidente adición ( ¿del siglo XV?) A la obra primitiva que debe datar del siglo XIV, sino del XIII.
En el interior del castillo se ven los mechinales de los entramados de tres pisos y restos de las escaleras adosadas a las cortinas para subir al adarve. El espesor de las murallas es de 2,75 metros. Frente al torreón semicilíndrico del N. hay otro igual en el primer recinto, el cual debió tener su entrada por el S., por cuyo lado está muy perdida esta obra exterior de fortificación.

 

IGLESIA PARROQUIAL

El espacio solemnístico de la parroquial de Villagarcía de la Torre resulta desacostumbrado en pequeñas poblaciones, como es el caso de esta villa. Parece como si tratara de dar cuenta de la importancia de algunos de sus hijos más ilustres, como el Cardenal Siliceo, o de alguna de las obras que guarda su interior, como la estatua orante -tristemente arrinconada- del sobrino del Cardenal Siliceo, o de alguna de las obras que guarda su interior, como la estatua cuyo mármol labrara el maestro oriundo de Ávila, pero después toledano y sevillano, Juan Bautista Vázquez, el Viejo.
Cuatro enormes columnas señalan la divisoria de sus tres amplias naves, cuyos tramos se cubren de varias bóvedas ya tardíamente. En efecto, en los primeros años del s. XVII, documentamos de nuevo la presencia del maestro segedano Francisco Montiel, quien procede a la conclusión del templo parroquial. La capilla mayor, más primitiva, de ochavando ábside, recibe bóveda de finas y elegantes nervaturas góticas.
Y a estos ochavos del ábside se adapta la no menos elegante arquitectura del retablo que saliera, a principios del último cuarto del s. XVII, de los también maestros de Zafra, el “ escultor” Juan de Vargas y el pintor Tomás Rodríguez. En 1676-77 queda constancia de la colocación de la obra, aunque la presencia de los coautores se data ya en 1668-69.
No obstante lo avanzado de la fecha, se nos muestra la obra todavía muy clasicista, si bien la decisión por el único orden en sus calles, con esbeltas columnas corintias de fustes estriados “ a arpón”- tan del gusto de los maestros segedanos-, sirve para romper la horizontalidad, algo pesada, a que acostumbraban estos tipos de retablo. Apenas sobresalen estas columnas en superficies sobre la de sus calles, por cuanto los pedestales de su banco quedan muy poco resaltados sobre los recuadros destinados a obras de pincel y dedicado, del lado de la epístola, a Santa Inés, con el atributo característico del cordero.

En ambas calles se abren nichos de poca profundidad, que albergan una Virgen de fusiforme niño y graciosa curvatura en su figura- imagen que, al igual que las restantes, nos parecen  es al retablo- y una Candelaria, que porta las palomas en pequeña cesta, en una mano, y el cirio en la otra. Sobre estos nichos, recuadros a pincel ,reconociéndose más nítidamente la iconografía de S. Lorenzo, del lado del evangelio. La calle central ha sufrido una menos afortunada remodelación “post-conciliar” reciente, desposeyéndola de su tabernáculo. En la parte superior y sobre columnas adosadas se abre el arco del nicho que alberga la imagen de Ntra. Sra. De Araceli.
El entablamento se decora en su friso con talla de roleos y canecillos bajo su cornisa, apareciendo sobre la parte central frontón curvo partido. Se corona el ático de un cuerpo en cada calle: el central en forma también de nicho y flanqueado por columnas iguales a las principales, de frontón curvo sobre el que emerge un sol de abiertos rayos, cuyo centro ocupa la paloma del Espíritu Santo: los laterales de frontón triangular sobre pilastras, reciben además tras aquel otro curvo partido en pincel, cuyas molduras se decoran de perlas, efigiándose en el de la epístola de San Antonio. Estilizados pináculos completan la decoración del ático.
Interesante para nosotros viene a ser esta obra por diversos motivos: porque nos testimonia el buen hacer de los maestros ensambladores segedanos, si bien con escasa solución de continuidad, lo que también sucede en la pintura que, dentro de una excelente factura, repite modelos un tanto estereotipados del pasado local -tal el San Lorenzo que nos recuerda al de Llera-. Y porque viene a ser obra, junto a otras ya documentadas, de ambos autores (retablo de Nogales) de futuras identificaciones.

Su portada usual e importante es la del lado de la Epístola, que da a la plaza. Es una portada de piedra, de traza clásica, en arco entre columnas de orden toscano y el correspondiente entablamiento, obra de fines del siglo XVI.

El ábside es gótico, con ábside de tres lados con bóvedas de crucería.
Góticos apuntados son los arcos de las naves , sobre columnas lisas toscanas; pero las bóvedas y la cúpula que hay en el centro es obra posterior.

El retablo mayor, con lienzos y figura es del siglo XVII.

Pórtico de la iglesia de los maestros de Zafra el escultor Juan de Vargas y el pintor Tomás Rodríguez. En 1676-77 queda constancia de la colocación de la obra.

En el coro de dicha parroquia se encuentra un busto de mármol en posición de orante que se creía era el Cardenal Siliceo, cuando en realidad se trata de un sobrino suyo llamado Francisco Siliceo que llegó a ser canónigo.

En el año 1993 se trasladó la capilla del Sagrado Corazón de Jesús, dónde se encuentra Sagrario.

El Cardenal fundó en la dicha parroquia de su pueblo natal una capilla, que está al lado derecho de la mayor, y en clave de la bóveda de crucería ostenta su escudo partido.

 

CONVENTO DE LA MERCED

Realización destacada resulta también el convento de monjes descalzos de la Merced, en el que se hace notar la imponente fachada de su iglesia, obra de estilo barroco, erigida a finales del siglo XVI en ladrillo visto, con portada de múltiples componentes formales y ostentosa espadaña de coronación.


La obra aparece en la actualidad embutida entre viviendas que flanquean por ambos lados. El interior se presenta como un gran espacio unitario, desnudo de capillas y otros componentes, en el que resalta el friso de estuco representando el escudo y otros motivos mercedarios. El resto de las dependencias conventuales aparecen muy remodeladas, habiendo sido utilizadas sucesivamente, tras su abandono el siglo pasado por la comunidad matriz, por otras instituciones, y para diversos fines, fundamentalmente educativos, resultando desalojado definitivamente en 1982.

 

 

TORRE DEL RELOJ

Edificio cuadrangular que se encuentra situado en la Plaza de España. Este edificio fue construido expresamente para la instalación de un reloj. Construido con piedras y las esquinas que forman el cuadrado es de ladrillo vistos.
Consta de dos cuerpos el primero de una altura aproximada de... metros. El segundo cuerpo es el que contiene el reloj con tres arcos y en la cúspide del mismo esta instalada la campana que es la que con su tin tan va indicando las horas.

 

 

 

 

En la misma plaza se localiza la antigua posada, originando un rincón de gran pintorequismo; y enfrente de la torre, el en otro tiempo popularísimo local -barbería, relojería, cuchillería, y sobre todo, lugar de reunión- de un peculiar personaje, muy querido en el pueblo, llamado por todos El Maestro.

 

CASAS SOLARIEGAS

Numerosas casas solariegas que peculiarizan su paisaje urbano perduran en Villagarcía, siendo de destacar entre ellas la del Duque de Osuna y otras en las calles Merced, Cardenal Silíceo Iglesia,etc.

 

MOROS

Elementos distintivos de la localidad son los llamados "moros", especie de asientos de piedra con tosca talla antropomorfa que aparecen ante las puertas de muchas casas, y de los que resultan buenas muestras los de las calles Merced y Mota.

 

PILAR CALLE MERCED

A las afueras de la localidad, camino de Llerena, se conserva un buen pilar tradicional con su gran abrevadero.

Es el buque insignia de los pilares de Villagarcía. Desde su construcción y pese a los años de sequía, jamás se ha conocido que sus caños hayan dejado de alimentar sus cuatro caños el depósito que forma el mismo.